El Día Mundial del Suelo se celebra anualmente el 5 de diciembre con el propósito de centrar la atención en la importancia del suelo saludable y abogar por la gestión sostenible de los recursos del suelo.
Suelo y Agua: Una Alianza Vital
La supervivencia de nuestro planeta depende de la preciosa conexión entre el suelo y el agua. Más del 95 por ciento de nuestra comida proviene de estos dos recursos fundamentales. El agua en el suelo, vital para la absorción de nutrientes por las plantas, une nuestros ecosistemas. Esta relación simbiótica es la base de nuestros sistemas agrícolas.
Sin embargo, frente al cambio climático y la actividad humana, nuestros suelos están siendo degradados, lo que ejerce una presión excesiva sobre nuestros recursos hídricos. La erosión perturba el equilibrio natural, reduciendo la infiltración y disponibilidad de agua para todas las formas de vida.
Prácticas sostenibles de manejo del suelo, como el mínimo laboreo, la rotación de cultivos, la adición de materia orgánica y el cultivo de cobertura, mejoran la salud del suelo, reducen la erosión y la contaminación, y mejoran la infiltración y el almacenamiento de agua. Estas prácticas también preservan la biodiversidad del suelo, mejoran la fertilidad y contribuyen a la captura de carbono, desempeñando un papel crucial en la lucha contra el cambio climático.
El Día Mundial del Suelo 2023 (#WorldSoilDay2023) y su campaña de comunicación asociada tienen como objetivo crear conciencia sobre la importancia y la relación entre el suelo y el agua en la consecución de sistemas agroalimentarios sostenibles y resilientes. El hecho de que numerosas entidades como la ONU y/o la FAO apoyen y desarrollen esta iniciativa hace que el Día Mundial del Suelo sea un altavoz y plataforma global única que no solo celebra ‘el suelo’, sino que también empodera e involucra a ciudadanos de todo el mundo para mejorar la salud del suelo.
Veamos los principales mensajes clave del Día Mundial del Suelo 2023:
📌 El suelo y el agua proporcionan la base para la producción de alimentos, los ecosistemas y el bienestar humano. Reconociendo sus roles invaluables, podemos tomar medidas proactivas para proteger estos recursos para las futuras generaciones.
📌 El suelo y el agua son el medio en el que crecen las plantas y obtienen nutrientes esenciales.
📌 Los sistemas de agricultura de secano representan el 80% de las tierras de cultivo y contribuyen al 60% de la producción mundial de alimentos. Estos sistemas dependen en gran medida de prácticas efectivas de manejo de la humedad del suelo.
📌 Los sistemas de agricultura de riego consumen el 70% del agua dulce mundial y representan el 20% de las tierras de cultivo.
📌 La salud del suelo y la calidad y disponibilidad del agua están interconectadas.
📌 Los suelos saludables, enriquecidos con materia orgánica, desempeñan un papel crucial en la regulación de la retención y disponibilidad de agua.
📌 El mejor manejo del suelo y el agua mejora la capacidad de la tierra para resistir eventos climáticos extremos como sequías, inundaciones y tormentas de arena/polvo.
📌 Los suelos saludables actúan como sumideros de carbono, capturando carbono de la atmósfera, lo que contribuye tanto a la adaptación como a la mitigación del cambio climático.
El éxito en la salud del suelo: suelos supresivos.
Obtener cultivos rentables, productivos y sostenibles depende de la salud del suelo.
Un suelo equilibrado ayuda a que las plantas sean más resistentes a las enfermedades del suelo y los cultivos crezcan con más vigor, utilizando mejor los nutrientes. En todo el mundo, los agricultores están empezando a apreciar los beneficios de los suelos supresivos, es decir, suelos en los que una abundante cantidad de microorganismos beneficiosos y un equilibrio adecuado de materia orgánica y minerales mejoran el crecimiento de las plantas e inhiben la acción de los patógenos.
Pero, ¿cómo podemos lograrlo? ¿Y cuál es su contribución a la agricultura sostenible?
Muchos agricultores han visto cómo sus suelos se empobrecen y pierden fertilidad debido al uso exclusivo y reiterado de fertilizantes minerales y estrategias de control químico de enfermedades. En tales situaciones, se ha pasado por alto la dimensión orgánica y microbiológica de los suelos, generando suelos conductivos en los que las enfermedades del suelo y de los cultivos pueden propagarse con mayor facilidad.
¿Qué beneficios ofrecen los suelos supresivos?
Aquellos suelos con un microbioma rico y dinámico favorecen las interacciones beneficiosas para las plantas con un equilibrio entre los componentes minerales, orgánicos y microbiológicos, y se destacan por su capacidad para obstaculizar o suprimir el avance y la actividad de los patógenos. Estos suelos, llamados suelos supresivos, fueron definidos inicialmente por Cook y Baker en 1983 como «suelos en los que el patógeno no es capaz de establecerse o persistir, el patógeno se establece pero no causa daño, o el patógeno causa algún daño, pero la enfermedad se vuelve progresivamente menos grave, aunque el patógeno persista en el suelo».
Es decir, el patógeno no se establece o, una vez establecido, no causa daño debido a la acción antagonista de otros microorganismos beneficiosos. Este suelo presenta condiciones desfavorables para el patógeno, que ve reducida su capacidad de crecimiento y desarrollo, y su actividad perjudicial se neutraliza.
¿Cómo se pueden conseguir los suelos supresivos?
Aunque la búsqueda de un suelo equilibrado implicará diferentes prácticas culturales, el punto de partida siempre debe ser realizar un análisis para evaluar la salud del suelo, incluyendo datos sobre estabilidad del suelo, incidencia de patógenos y disponibilidad de nutrientes.
En última instancia, el objetivo es establecer un microbioma saludable que promueva el espacio óptimo para el desarrollo de cultivos más sostenibles y respetuosos con el medio ambiente, donde se logre el control biológico de enfermedades como Fusarium sp., Pythium sp., Rhizoctonia sp. y Phytophthora sp.
En IDEAGRO lo tenemos claro desde hace años, ¡no hay tiempo que perder!, es fundamental apostar por la salud del suelo y revitalizar el microbioma del suelo inoculando las raíces de las plantas con microorganismos beneficiosos, restaurando así su actividad biológica.
De esta forma, apoyamos el desarrollo del sistema radicular, mejorando la absorción de nutrientes de tal forma que los cultivos podrán resistir mejor los desafíos ambientales, fortalecer sus defensas y experimentar un mayor crecimiento y productividad lo cual redundará directamente en los agricultores que podrán obtener mayor rentabilidad.