[:es]Desde los comienzos de la agricultura, hace ya mucho tiempo, el hombre ha utilizado distintos métodos para controlar las plagas y enfermedades que afectan a los cultivos. Los agentes químicos se han utilizado de forma generalizada en un esfuerzo por obtener cultivos sanos.
Sin embargo, el desarrollo de resistencia a estos productos por las plagas, la creciente preocupación del consumidor por la seguridad alimentaria y por la contaminación del medio ambiente, junto a las continuas restricciones en el uso de productos químicos, ha motivado una revisión de las prácticas actuales.
Además, y dado que en no mucho tiempo nos enfrentaremos a los enormes retos del S. XXI, alimentar a más de 9.000 millones de personas, garantizar la máxima seguridad alimentaria y aumentar un 70% la producción agrícola en los próximos 50 años, se hace más que nunca necesario innovar y diferenciarse, por ello, destacamos la importancia que va a tener en los próximos años el concepto de Resistencia Sistémica Inducida (ISR, por sus singlas en inglés).
La resistencia inducida en plantas incluye mecanismos como la muerte celular y/o cambios en la composición de la pared celular que inhiben la penetración del patógeno. Tras estas respuestas locales, las plantas producen ciertos compuestos en respuesta al ataque de plagas y patógenos.
Actualmente se conoce muy bien que las plantas activan sistemas de defensa en respuesta a un potencial patógeno o a sus productos. La idea de controlar enfermedades utilizando los propios mecanismos de resistencia de las plantas ha despertado un creciente interés por el desarrollo de agentes que mimetizan a los inductores naturales de resistencia. Estos agentes son conocidos como activadores.
La resistencia inducida por estos agentes es de amplio espectro pero raramente controlan totalmente la infección; la mayoría de activadores ofrece un control entre el 20 y el 80%
Sin embargo, el aumento continuo de evidencias que apoyan el papel de los activadores en el control de enfermedades ofrece a los agricultores una potente herramienta para incorporar en los programas de Manejo Integrado de Plagas y reducir la cantidad de pesticidas y fungicidas utilizados.
En los últimos 20 años, numerosas investigaciones han ofrecido una valiosa información sobre resistencia inducida en cultivos, pero igualmente, todavía queda mucho por comprender. Aunque se ha descrito algún caso de especificidad, el fenómeno de resistencia es en general de amplio espectro. La mayoría de los estudios se han realizado en un número limitado de especies, existen diferencias en las rutas bioquímicas y la eficacia entre varias formas de resistencia todavía tiene que ser investigada en detalle. Sin embargo, la resistencia sistémica inducida (ISR) es un fenómeno ampliamente extendido y un rasgo conservado tanto en Monocotiledóneas como en Dicotiledóneas.
En campo, la expresión de resistencia inducida probablemente está influida por el medio ambiente, el genotipo y la nutrición. Para maximizar la eficacia de los activadores de resistencia será necesaria una mayor comprensión de la interacción entre estos factores. Igualmente, será muy importante definir cómo los activadores de resistencia pueden incluirse en las estrategias de control de enfermedades, porque no son y no deben considerarse simplemente como “fungicidas seguros”. Esto, a su vez requiere avanzar en la investigación sobre la interacción de los activadores de resistencia con las prácticas del cultivo, especialmente el tiempo y dosis de aplicación, y el tiempo de respuesta del cultivo para disparar los mecanismos de defensa.
En palabras de Dña. Trinidad Reyes Arribas, PhD (Alltech Crop Science Consultant, Spain), el control de enfermedades en los cultivos se enfrenta a los mayores desafíos en el siglo XXI al aumentar continuamente los problemas de resistencia a fungicidas y la presión para reducir los productos químicos utilizados.
Por otra parte, el consumidor muestra cada vez más no solo una gran preocupación por alimentos seguros, también por el medio ambiente y el uso extensivo de productos químicos. En este contexto, y teniendo en cuenta la ingente información disponible, la resistencia inducida por activadores bióticos debe ser considerada en cualquier programa de Manejo Integrado de Cultivos.
> Para más información, consultar el archivo adjunto «A summary of the Induced Systemic Resistance (ISR) as a defense plant mechanism against pathogens and the role of elicitors in an Integrated Crop Management Program» por Trinidad Reyes, MSc, PhD. Alltech Crop Science Consultant – Spain[:]