Desafíos Agricultura Siglo XXI: las micotoxinas

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[:es]Las micotoxinas son productos secundarios del metabolismo de hongos microscópicos que pueden crecer en la planta en el campo o durante el almacenamiento. Son tóxicas para humanos y animales, y se han identificado más de 300… En la actualidad, desde el punto de vista de la salud, preocupa, y mucho, la posible toxicidad crónica debida a la exposición continuada a bajas cantidades de micotoxinas.

El crecimiento de las micotoxinas depende de factores biológicos ya que existen cosechas más sensibles a la acción de hongos, pero también de condiciones ambientales como las variaciones de temperatura y humedad. Las micotoxinas se pueden encontrar en productos como forrajes, cereales, frutos secos y fruta, café, vinos y cerveza, harinas y derivados, especies y en alimentos de origen animal, como la carne, la leche y los huevos. En IDEAGRO, trabajamos con muchos de estos cultivos, especialmente cereales y forrajes, y nos preocupamos, y mucho, por conocer los últimos avances y novedades con el fin de garantizar el mejor asesoramiento a nuestros socios y agricultores, pues de sus cosechas, depende nuestra alimentación.

Los principales hongos productores de micotoxinas, conocidos como micotoxicogénicos, corresponden a los géneros Aspergillus, Penicillium y Fusarium.Cada uno de estos géneros puede generar diferentes tipos de micotoxinas, de la misma forma que un determinado tipo de micotoxina puede ser producida por diferentes especies de hongos.

Las manifestaciones en el campo son estacionales y están generalmente relacionados con la exposición a alimentos o forrajes contaminados. La estacionalidad está asociada a las condiciones climáticas ya que éstas afectan al desarrollo de los hongos y la consecuente producción de micotoxinas, las que pueden desarrollarse sobre sustratos tales como: granos de cereales y oleaginosas, forraje verde o ensilado y alimentos en general, ricos en hidratos de carbono y lípidos, produciendo el deterioro de los mismos tanto a campo como en el almacenamiento.

Dada la diversidad de condiciones ambientales bajo las cuales pueden proliferar los hongos, la infección fúngica y la contaminación con micotoxinas puede ocurrir en forma directa en cualquier momento dentro de la cadena de producción, transporte y manejo de los alimentos o forrajes en el cultivo (previo a la cosecha), en el caso de micotoxinas como las zearalenonas o, durante el almacenamiento como puede ocurrir en el caso de aflatoxinas.

Es fundamental, para descartar riesgos, la detección e identificación de las micotoxinas porque la presencia de hongos no necesariamente implica la producción de las mismas, por ejemplo, existen cepas de Aspergillus flavus que no producen aflatoxinas. Por otro lado, aunque el hongo haya desaparecido, no existe evidencia suficiente para asegurar que la micotoxina no esté presente en el producto. En este último caso, cuando el hongo toxicogénico que contaminó el sustrato ha desaparecido pero su micotoxina aún persiste se habla de contaminación indirecta.

Es inevitable la presencia de estos microorganismos en el campo ya que sus propágulos perduran año tras año en el rastrojo, en el suelo o suspendidos en el aire, siendo transportados por el agua, el viento, los insectos, etc. No obstante, para que la infección tenga lugar y con ello aumenten las probabilidades del crecimiento fúngico en el campo y la posterior generación de micotoxinas, los cultivos deberán estar expuestos a condiciones ambientales extremas, tales como: estrés térmico o hídrico; daños físicos producidos por granizos, insectos u otros factores bióticos; prácticas de manejo inapropiadas (fechas de siembra y de cosecha incorrectas, excesivas densidades, ineficientes controles de las malezas y de los insectos, etc.) o presentar características genéticas (susceptibilidad o resistencia) y/o morfológicas (por ej.: maíces con chalas que no recubren la espiga, con falta de compacidad) que le otorguen una mayor o menor protección frente a la invasión fúngica.

Esta problemática puede iniciarse en el cultivo pero también puede originarse o profundizarse a lo largo de la cadena agroalimentaria cuando, los sustratos susceptibles de ser contaminados, son expuestos a condiciones inadecuadas durante la cosecha, el transporte, el almacenamiento y/o el procesado o bien cuando, el modo de conservación y alimentación en el lugar de consumo son defectuosa.

Una de las principales características de las micotoxinas es que son tóxicas a bajas concentraciones (hipotóxicas) y su acción es acumulativa, con efectos retardados en el tiempo, propio de las toxinas mutagénicas. Sus efectos son drásticos para la producción animal; especies animales como cerdos y aves de corral son susceptibles de ser afectados; los rumiantes sin embargo, manifiestan una mayor tolerancia a los efectos negativos de las micotoxinas, debido probablemente a la capacidad de la microflora del rumen para desnaturalizar estos metabolitos tóxicos.

La creciente sensibilización social respecto de la contaminación de productos agrícolas por micotoxinas, ha impulsado la aplicación de metodologías de análisis y manipulación para prevenir su introducción en alimentos y piensos, la investigación para desarrollar sistemas de garantía a fin de minimizar la producción de micotoxinas y su incorporación en la cadena alimentaria, y la legislación para establecer niveles de seguridad.

Las actuales técnicas de producción no permiten hoy en día evitar completamente la contaminación por hongos, pero mediante la aplicación de buenas prácticas agrícolas seguido de unas buenas prácticas de fabricación durante la manipulación, el almacenamiento, la transformación y la distribución de piensos y alimentos se puede minimizar la presencia para que la exposición de la población a través de los alimentos no suponga un riesgo. Por ello, cabe destacar las recomendaciones de la Comisión Europea sobre principios generales para la prevención y la reducción de la contaminación con toxinas fúngicas, así como guías sobre la aplicación del sistema de análisis de peligros y puntos de control crítico (APPCC) en la prevención y en el control de la contaminación por micotoxinas…

Es por tanto necesario disponer de un adecuado sistema de gestión integrada de riesgos, que tenga en cuenta la gestión previa a la cosecha (buenas prácticas agrícolas), la gestión durante la cosecha y la gestión poscosecha (buenas prácticas de fabricación y almacenamiento). En varios países se han creado modelos predictivos que tienen en cuenta factores climáticos, sensibilidad varietal, uso de fungicidas, y prácticas agrícolas como la rotación de cultivos y el manejo de residuos de cosechas previas.

Desde IDEAGRO, a lo largo de los dos últimos estamos realizando importantes avances junto a las empresas con que trabajamos para detectar las condiciones que inducen el desarrollo de micotoxinas durante el cultivo (especialmente en aquellos cultivos que sirven de materias primas pàra la elaboración de piensos para alimentación animal), así como con el uso de bioestimulantes para evaluar su reducción junto con la modificación de las practicas habituales de cultivo, promoviendo nuevas y mejores practicas agrícolas.

Dentro de nuestro programa especifico, actualmente tenemos en estudio 22 hipótesis de cultivo diferentes que nos permitirán conocer la influencia y respuesta de cada una de ellas, haciendo especial hincapié en la multi-contaminación, y en el efecto sumatorio (hipotoxico) de bajas dosis para las micotoxinas analizadas.

Además, y con el objetivo de dar un servicio lo más amplio posible, actualmente podemos analizar de forma simultánea en una misma muestra siete micotoxinas diferentes (B1, M1, DON, T2, ZEA, Ocratoxina A y Fumonisina) en diferentes medios; cereales, maiz, ensilados, vinos, pimentón,… habiendo optimizado nuestro procedimiento de muestreo y procesado de las muestras, tan importante en este tipo de analiticas.

Para más informacíon, o si quiere ponerse en contacto con nosotros: info@ideagro.es & www.ideagro.es


Info & Documentos Consultados:

Rafael M. Jiménez Díaz – AGRICULTURA SOSTENIBLE & RETO MEDIOAMBIENTAL DE LA PRODUCCIÓN AGRÍCOLA

Miriam S. Romagnoli & Patricia S. Silva – Las Micotoxinas. ¿Qué sabemos sobre esta problemática?[:]

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